Radiaciones, magnetismo y alteraciones electroatmosféricas

Todos los seres vivos hemos evolucionado continuamente sometidos a una cierta radiactividad de fondo y a campos eléctricos y magnéticos naturales que siempre han estado presentes, aunque fluctuantes en el tiempo y diferentes según la zona del planeta de que se trate. Estas radiaciones y energías se deben principalmente a la estructura geológica de la Tierra y su constante radiación, sin olvidar el impacto que sobre nuestro planeta causan las partículas radiactivas y radiaciones diversas provenientes del Cosmos, especialmente las que nos llegan del Sol. El problema se vuelve preocupante cuando a esa radiactividad se incorpora unas sobredosis a raíz de ciertas practicas y actividades humanas.

De los 100 a 130 miliRems/año de dosis media de radiactividad absorbida, en circunstancias normales, por cualquier cuerpo humano, podemos pasar a 200, 500 o más mR/año, dependiendo de lugar donde vivamos, de nuestra actividad profesional, de las radiografías que nos hagamos o de la proximidad de nuestra casa a zonas de explotación de minerales radiactivos o de núcleos con fugas radiactivas (se calculan en más de 800.000 las personas afectadas directamente por los escapes de la central nuclear de Chernobil, mientras que más de un millón siguen viviendo en zonas de altos niveles de contaminación radiactiva).

Es posible que quienes creemos tener la suerte de vivir alejados de tales peligros hayamos incrementado notablemente los niveles de radiactividad en nuestra vivienda al instalar, por ejemplo, un suelo de granito o de gres vitrificado, que, en ocasiones, llegan a duplicar la radiación ambiente.

Aparte de las partículas radiactivas alfa o beta y de la radiación gamma, existen cargas electroatmosféricas que fluctúan constantemente en función de los vientos, los cambios climáticos y las variaciones de presión atmosférica. Estas cargas electrostáticas del aire pueden interactuar con los procesos eléctricos corporales, llegando incluso a provocar alteraciones neuronales y psíquicas. Todo ello se traduce en un incremento de la ansiedad, el nerviosismo y las depresiones durante los períodos de pretormenta o en los días en que el aire está fuertemente ionizado a causa de la radiación solar, las variaciones bruscas del magnetismo terrestre o los cambios climáticos.

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2 Respuestas hacia “Radiaciones, magnetismo y alteraciones electroatmosféricas”

  1. Ing. David Orozco
    25/01/2013 a 21:18 #

    Muy buena pagina
    Felicidades

  2. alicia elektra
    09/02/2014 a 19:59 #

    tenemos forma de protejernos,,,,gracias por este articulo,,,yo estoy enferma cuando tengo el wifi,,,como puedo hacer ,, para aliviarme.??
    gracias p or estos articulos,,,,que el año sea un exito para vosotros
    y todos los que quereis mejorar la vida

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